Por: Priyanka Rodriguez
Suelen producirse muchos adjetivos cuando se procura tratar de forma responsable la crisis haitiana. Algunos -con toda razón-, hemos aludido en innumerables ocasiones, que esta crisis haitiana va más allá de los haitianos, lo que quiere decir que no es fortuita y que son muchas las décadas en la que se viene trabajando en el colapso de dicho estado, que hoy por hoy, es controlado enteramente por el narco, el lavado, las redes criminales -muchas inimaginables- de todo el mundo, que operan desde aquel país que ocupa la parte oeste de la Hispaniola. Una problemática internacional que se busca implosione en un país que, a duras penas, logra salir adelante: República Dominicana.
Pero, ese no es el punto. Vayamos al título. Durante largo tiempo se ha hablado en diversos medios, artículos e incluso a través de propias declaraciones, del interés de grandes personalidades del mundo político en Haití.
¿Interés en Haití? Sí, pero no en sus problemas, sino en sus riquezas y en otras tantas cosas que se pueden manejar desde un estado colapsado. Digamos que el negocio del desorden es muy rentable. Entre estos interesados, están los Clinton -lo que no es nuevo para nadie-.
Desde su famosa luna de miel en Haití, los esposos Hillary y Bill Clinton, mostraron un interés “especial” por el país más pobre del hemisferio. Este interés también fue mostrado por el hermano de la ex secretaria de Estado de los Estados Unidos y ex primera dama, Tony Rodham, hermano de Hillary, quien obtuvo incluso una concesión por 26 años -otras fuentes indican que 50- para gerenciar (y explotar) la mina más grande de oro en dicho país -concesión vigente-.
Para 2010, luego del devastador terremoto que sacudió al vecino país -y de cierta forma nos arrastró-, Bill Clinton fue enviado especial de la ONU hacia Haití, mientras que Hillary Clinton se desempeñaba como secretaria de estado de los EE.UU. Además, le acompañó el Dr. Garry Conille, quien se desempeñó como jefe de gabinete de la oficina del enviado especial de las Naciones Unidas para Haití. Años más tarde, inician algunos escándalos con los Clinton, en especial, a través de la Fundación Clinton y la Iniciativa Global Clinton, que, como parte de su fundación, inicia sus operaciones para el año 2005.
Dentro del desglose de sus actividades principales, se encuentran cuatro específicas: desarrollo económico, cambio climático, mejorar oportunidades de mujeres y niñas y salud global y bienestar. Y justamente en medio de una crisis humanitaria en 2010, refuerza la fundación Clinton sus trabajos en Haití, con el fin de “ayudar” a miles de haitianos que no solo quedaron en las calles, sin nada, solos, sino, a miles de niños que quedaron huérfanos.
Autoridades haitianas, medios, figuras reconocidas, denunciaron que, a través de esa fundación, se recaudaron miles de millones de dólares para la reconstrucción de Haití, que nunca llegaron. Además, otros escándalos por supuesto tráfico de niños que eran sacados del país, y de los cuáles nunca se obtuvo información de su paradero (esa es una información que espero conozcamos con claridad muy pronto).
Uno de los principales denunciantes, fue el exfuncionario haitiano Klaus Eberwein, que denunció ante el senado las supuestas irregularidades y que más adelante fue encontrado sin vida. Aunque las autoridades indicaron fue un suicidio, otros adjudican su muerte a los Clinton, por su grave denuncia, que caló a los más altos niveles y que comprometía a otros tantos funcionarios haitianos.
Continuemos, esta, es la introducción.
En medio de tantos escándalos, solo se escucha el silencio. Un silencio que puede decir más que cualquier presentación y en especial, porque los últimos años han estado cargado de demasiados temas para Haití.
Pasemos del magnicidio, pandillas, el Masacre, gobierno transitorio, etc. Y ahí llegamos a la actualidad. El magnicidio del presidente Moise que consternó no solo al pueblo haitiano, sino al mundo, y, aparentemente tienen -según declaraciones de las mismas autoridades estadounidenses- algunas implicaciones su primera dama y el que más suena en la prensa dominicana, sí, ese mismo, uno de los grandes enemigos de nuestra nación, Claude Joseph, quien se disputaba la representación del gobierno con Ariel Henry, que estratégicamente fue designado como primer ministro, tres días antes de aquel horrible suceso, en sustitución de Joseph.
En medio de todo esto, fueron varios los atentados contra Henry y las constantes amenazas, hasta su renuncia. Esto dio paso a un primer consejo transitorio, hasta 2026, cuando se supone deben realizarse elecciones. Luego de la dimisión de la única mujer en este consejo, otros tomaron la misma decisión, dando paso a lo que podemos llamar el segundo consejo transitorio, que, para entonces, designa al ministro de finanzas, Michael Patrick Boisvert, como primer ministro interino.
Recordemos que la designación de Michael Patrick Boisvert, causa sorpresa entre grupos importantes haitianos, ya que fue un anuncio sorpresivo y fue la elección de cuatro de los miembros con derecho a voto de dicho consejo.
Los otros tres miembros del consejo con derecho a voto, incluso anunciaron la posibilidad de renunciar ante esta medida que fue calificada como un complot. Un dato importante es que, ante la división de este segundo consejo, los cuatro concejales que eligieron a Boisvert, respondían nada más y nada menos que a Claude Joseph.
Pero, por supuesto, era de esperarse que esto no terminaría ahí, ya que extrañamente, seis de los siete miembros del consejo con derecho al voto, días más tarde, eligen a otro primer ministro.
Mientras, continúa el silencio de los Clinton, pero no la movilización de sus fichas.
Regresemos a 2011, cuando el enviado como jefe de gabinete de la oficina del enviado especial de las Naciones Unidas para Haití, Dr. Garry Cornielle, es designado como primer ministro, cargo que ocupó hasta 2012. Una vez concluido este período, asume el cargo de asesor principal de la presidente de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, quien se desempeñaba como copresidente del grupo de alto nivel sobre los asuntos de la agenda desarrollada por las Naciones Unidas.
Recordemos también, que el Dr. Cornielle, es el director regional del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) para América Latina y el Caribe desde 2023.
Aquí la fórmula: ONU + Clinton + Cornielle. Por si quedaba alguna duda de los movimientos que a muchos no les interesa destacar en medio de esta crisis haitiana y sus “repentinas posibles soluciones”.
El nuevo ministro de Haití, que promete acabar con las bandas y organizar dicho país (cosa que no hizo estando como primer ministro anteriormente), es el representante de una organización internacional que en su informe a la salida de su misión de ese país, acota: “es una nación inviable” y además, sin pretensión alguna de volver (al parecer cambiaron de opinión) y uno de los hombres de confianza de uno de los más grandes representantes del poder político estadounidense, Bill Clinton, quien ha sido señalado en innumerables ocasiones en casos escandalosos justamente en dicho país.
Este trinomio promete. Sí, promete mucho más caos para una nación que ha estado en manos anteriormente de las tres figuras mencionadas: ONU, Clinton, Cornielle, pero en especial, envía un mensaje importante a nuestro país, sobre las medidas de seguridad nacional urgente que se deben tomar, y prepararnos realmente para aquella ONU y aquel liderazgo político estadounidense, que hoy vuelve a gobernar a Haití.